Ni policías en actividad, ni retirados, ni los miembros de las Fuerzas Armadas. Incumplió sus promesas. Tampoco le creen los jubilados y fonavistas. Sin embargo están convencidos de que es el nuevo rico del gobierno. Hasta su esposa Pilar Nores lo ha abandonado.
La actual situación del presidente Alan García sólo es comparable casi en la misma época- finales de su gobierno- a la del ex presidente Alejandro Toledo, cuando su popularidad se vino abajo en las postrimerías de su gobierno, cuando los peruanos se enteraron de que era un era un alcohólico empedernido y que había gastado más de medio millón de soles sólo en fino licores, que luego ordenaba los carguen a la cuenta de Palacio de gobierno. Lo mismo hacia su esposa con la adquisición de valiosas joyas. Y en el colmo de la desverguenza pretende volver a ocupar el mismo cargo.
Los apristas ya no saben donde buscar al heredero de Haya de a Torre, porque García es unas farsa, manipulando todo desde Palacio de Gobierno las cosas más importantes del Partido. Precisamente a última hora ordenó el “desembarco” de Carlos Roca inscrito para postular a las elecciones por la alcaldía de Lima provincia, causando las airadas protestas del agraviado.
Lo peor se viene produciendo recientemente relacionado con su mensaje presidencial. Todos los peruanos recordaron que cuando fue candidato prometió a los fonavistas que les devolvería todos los ahorros que les habían robado. También prometió a los jubilados que les reajustaría sus emolumentos. Pero nuevamente se impuso su tradicional costumbre de mentirle al Perú como si se tratara de otra de sus amantes.
Claro que ahora ya no se trata de engañar a los peruanos o a su esposa y recua de amantes sino de todos los apristas que lo llevaron al poder, por lo que es necesario cerrar filas hayistas para enfrentar a este sujeto que ya es reconocido como el mas grande demagogo de la historia aprista.
Finalmente García ha jugado mucho con el heroísmo de los policía y efectivos de nuestras Fuerzas Armadas, prometiéndoles mil veces reajustes en sus miserables sueldos y los vuelve a engañar. Precisamente la poderosa Federación de Policías del Perú ya había acordado un paro general de protesta, pero a última hora los dirigentes se arrodillaron ante García y TODO QUEDÓ EN NADA. Pero es necesario retomar el proyecto que tiene mucho de humanismo y darle una lección a “MIL MUJERES”.